Sobre Mí

Los perros han estado a nuestro lado durante siglos, siendo compañeros, protectores y parte de nuestra familia.

Se dice que son nuestros mejores amigos, pero si convives con un perro, sabes que el sentimiento va mucho más allá. Nunca habías sentido un amor como este.

Y es que un perro te cambia tu vida. Yo lo llamo el Efecto Guau.

• Amor incondicional.
• Vivir solo en el presente.
• Disfrutar de las pequeñas cosas.
• Comunicarse sin palabras.
• Conectar con la Naturaleza.
• Pensar menos, sentir más.
• Ternura, respeto, confianza, lealtad.
• Cariño.

Un perro te aporta y enseña tantas cosas como compañero de viaje, que cuando te adentras en este camino no hay marcha atrás.

Quieres devolver a tu perro toda la felicidad que puedas.

¿Estoy en lo cierto? ¿Lo que acabas de leer resuena en tu interior?

Si es así, puedo ayudarte.

Hola, soy Noemí Haro

Me defino como educadora canina amable y facilitadora de sueños.

Tengo un mantra

El mundo de la educación canina debe cambiar. Adiós a los señores autoritarios, a los líderes de la manada, a los tirones de correa. Hola a la empatía, a la comunicación, al respeto. 

Actualmente:

• • Soy Educadora Canina profesional. Trabajo para que tu perro sea el más feliz del mundo, desde un enfoque natural y amable.
  • Soy mentora de Emprendimiento Canino Femenino. Enseño a otras mujeres a transformar su pasión por los perros en negocios guau.

Hay una canción que dice “siento como si toda mi vida me hubiera estado conduciendo a este preciso momento.”

Y la verdad, es que me siento exactamente así, como una aventurera que por fin ha encontrado su tesoro.

Porque empecé siguiendo la ruta que me habían marcado, después seguí mi instinto… tuve caídas (enormes), perdí la brújula, pero he llegado a donde quería.

Y es aún mejor de lo que pensaba ¿Te cuento mi aventura?

Esta es la historia de mi viaje

Soy viejoven, nací en los 80’, rodeada de naturaleza y en medio de una familia multiespecie que me inculcó un gran amor por los animales. 

Aunque de niña siempre soñaba con trabajar en el mundo del perro, en mi adolescencia la vocación se fue disipando. Ya sabes, todo el mundo me decía que no podría vivir del mundo animal, así que en el último momento cambié de ruta y aposté todo al Territorio Racional. 

Renuncié a buscar mi propio tesoro y seguí el camino marcado para convertirme en una adulta seria y de éxito.

Así que me matriculé en Ciencias Empresariales, cursé un MBA, un posgrado en redes sociales y un máster en marketing creativo. 

Me contrataron en una de las Consultoras más importantes del mundo y me acomodé en mi puesto laboral durante 10 años. Lo había conseguido: trabajo estable, bien pagado, respetado.

¿Sabes qué? Me aburría soberanamente. 

Los días eran cada vez más grises y sentía que ese lugar simplemente no me correspondía. Pasaba las horas esperando al fin de semana, momento en el que realizaba cursos de educación canina y de intervenciones asistidas con animales, especializándome en comportamientos agresivos.

Allí es donde era feliz. Con las zapatillas llenas de barro y el jersey lleno de pelos.

Así que en el año 2008 inicié mi propio proyecto de educación canina, que aparqué en el año 2011 para cofundar una entidad dedicada a las intervenciones asistidas con animales, a la educación canina y a la formación. 

Combinaba el mundo animal con mi trabajo en la Consultora, y creía haber encontrado un equilibrio en el que todo encajaba.

Sin embargo, en el año 2016 mi vida se quebró y tuve que replantear mi situación por completo. Perdí el mapa, la brújula y las ganas de seguir andando. 

Me matriculé en un Máster oficial de Violencia de Género, especializándome como Agente de Igualdad y enrolándome en la Comisión de Igualdad de la Firma. 

Retomé mi proyecto inicial en 2018: «Ulises y Argos», una aventura que me acercaría, sin saberlo, a una nueva filosofía de vida que me impulsaría a realizar un salto de fe y a dejar mi trabajo en la Consultora.

Por fin, decidí caminar en una sola dirección: la de mi tesoro. ¿Y sabes qué? Tenía pelos, babas y cuatro patas.

El Tesoro que he alcanzado

He llegado a mi Territorio [i]rracional. Aquel que no aparece marcado en los planos, pero me hace sentir en casa.

Siento que la llamita de mi corazón está contenta de estar aquí. Dedicándome a lo que siempre he soñado (trabajar con animales) y a lo que descubrí durante el camino (empoderar a otras mujeres).

Mi tesoro es despertar cada día con una sonrisa de oreja a oreja por vivir al 100% de mi pasión, según mis propios valores.

Elige tu propia aventura

Ahora, quiero ayudar a otras personas como tú a elegir su propia aventura. 

Si lo tuyo son los perros, así puedo ayudarte: