Ulises y Argos

¿Mi perro tiene estrés?

Índice

¿Mi perro tiene estrés?

¿Es posible que los perros también padezcan de estrés? La respuesta es un sí rotundo. Muchas veces, este sentimiento viene asociado a problemas de salud, pero otras también se debe al propio comportamiento de su familia.

Sobra decir que son seres vivos con comportamientos muy parecidos a los nuestros. A un perro nada le es ajeno: ni el ambiente en el que se mueve ni aquellos con quienes se relaciona (ya sean perros o personas).

En qué consiste el estrés en perros

Al igual que en las personas, el estrés es producto de un mecanismo fisiológico asociado a la idea de defensa. Cuando un animal se siente amenazado, pone en funcionamiento toda una maquinaria proactiva.

Es entonces cuando la adrenalina, el cortisol y la noradrenalina se aceleran ante un inminente peligro. Pero, ojo, el estrés en animales puede incluso desarrollarse en ambientes lúdicos o de juego.

No obstante, el estrés no siempre es malo, sino que en ciertas ocasiones resulta saludable en períodos de aprendizaje.

Diferencia entre el eustrés y el distrés

Por lo tanto, un estrés que va asociado a situaciones positivas, puede ayudar al perro a aprender o a desarrollarse.

Por ejemplo, el estrés que sientes previo a un examen será positivo, ya que sabes que podrás superarlo. Sin embargo, el que podrías sentir por el fallecimiento de un familiar será negativo, ya que no existe solución.

Cuando el estrés es positivo, se denomina “eustrés”. Por el contrario, el “distrés” tiene lugar cuando el sentimiento continuo de amenaza se convierte en algo crónico y dañino.

Por otro lado, cabe aclarar que un estrés positivo mal gestionado también podría tener consecuencias negativas para tu perro. El estrés experimentado debe ser positivo, pero el animal debe saber gestionarlo.

Los animales que lo padecen pueden manifiestar síntomas de irritabilidad, comportamientos agresivos, hiperactividad, estereotipias… (intentar morderse la cola, dar vueltas sobre sí mismos de forma repetida o rascarse excesivamente).

Además, es necesario saber que los “picos de estrés” pueden durar entre tres y seis días, lo que podría facilitar que este se cronifique.

Como saber si mi perro tiene estrés

Los perros, en función de su propia personalidad, manifestarán el estrés de diferentes maneras.

Algunos se mostrarán retraídos o huidizos, mientras que otros podrían exhibir comportamientos reactivos o agresivos ante cualquier novedad.

El animal puede emitir movimientos repetitivos con los que intenta calmarse, como el lamido excesivo, los ladridos o el destrozo compulsivo de cosas.

Por otro lado, el perro puede presentar una pérdida excesiva de pelo o incluso apatía, falta de atención y rigidez muscular.

Por lo tanto, vemos que el estrés puede ir de un extremo a otro: de los comportamientos agresivos al retraimiento.

Algo más sobre el carácter de los perros

No está de más, en función de lo anterior, indagar un poco en la llamada “neuropsicología canina”.

Los perros poseen un sistema nervioso que consta de un sistema simpático y otro parasimpático.

El primero está preparado para dotar de adrenalina al organismo, aumentando la tensión arterial y el ritmo cardíaco.

El segundo, por su parte, restaura el equilibrio tras el “subidón”.

Pues bien, algunos perros se encuentran dominados por el sistema simpático y otro por el parasimpático.

De este modo, no es de extrañar que los animales manifiesten el estrés de modos esencialmente diferentes.

Pero ¿por qué mi perro tiene estrés?

Uno de los primeros motivos habría que encontrarlo en el paseo. La calle puede ser muy ruidosa, llena de coches y personas, sin libertad de movimientos y experimentación para un perro.

El juego también puede revolucionarlo de forma excesiva, generando conflicto con otros animales.

Los gritos, las riñas, el uso del NO (leer artículo relacionado) o los castigos terminan por generar una terrible angustia al animal, así como la soledad o el temor a ser abandonado (leer artículo relacionado).

Una enfermedad, alergias (leer artículo relacionado), un problema de gestión emocional... las causas son variadas.

¿Le puedo contagiar mi estrés al perro?

Sin lugar a duda, tu perro también puede padecer tu estrés.

La sincronización hormonal y emocional no solo se produce entre personas, sino también entre seres humanos y animales.

Así, si una persona se muestra alterada o molesta durante el paseo, probablemente su perro también lo esté.

Por lo tanto, en el caso de encontrarnos nerviosas o preocupadas por el día a día, el perro lo va a asimilar como su propio modo de comportamiento. 

Entonces, ¿qué hago si mi perro tiene estrés?

En primer lugar, una veterinaria debería realizar un chequeo médico.

Tal vez, el origen se encuentre en un malestar físico que provoque reacciones adversas.

En segundo lugar, nuestra actitud resulta fundamental.

Comprueba los motivos principales de estrés enumerados con antelación e intenta acompasarlos.

Busca entornos seguros para pasear, evita el juego descontrolado, mantén un comportamiento relajado, practica ejercicios que fomenten la calma y mejoren el vínculo.

Resulta fundamental respetar el espacio privado de los perros, tanto en casa como en la calle, además, es muy importante que practiquemos su individualidad.

Por otro lado, es básico conocer a tu perro y saber leerlo. Así, sabremos al instante cuándo se siente incómodo.

Evita, ante todo, situaciones conflictivas. Puede que un lugar con personas discutiendo o con demasiados perros que no conoce no sea realmente apropiado para él.

Evita los ambientes ruidosos y llenos de coches y personas. Recuerda que el perro tiene un sentido del oído mucho más desarrollado que el humano y un exceso de ruido puede ser abrumador.

De la misma forma, si tu compañero canino ha crecido en una ciudad muy ruidosa, puede que lo que le genere estrés sea justamente lo contrario, así que vigila y controla las salidas al campo.

Busca lugares idóneos y, si es posible, compañías peludas también compatibles.

Intenta mantener el relax igualmente en casa. Juega con tu perro, de una forma sana.

Tres Uliconsejos antes de irte: 

1. Si quieres aprender a educar a tu perro con empatía para una convivencia feliz. Te presento mi libro, un método exageradamente fácil para seres humanos con poco tiempo y experiencia, pero rebosantes de amor peludo.

>> CONSIGUE TU COPIA AHORA

2. Si quieres ir al lío y compartir esta información con mujeres con el jersey lleno de pelos, sígueme en instagram. 

3. Suscríbete a mi Newsletter, allí te cuento lo que no me atrevo a decir en las Redes. Tienes el formulario un poquito más abajo.

Ahora si, me despido hasta la próxima.

Un besote,

Noemí